“Los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos han estado utilizando spyware israelí durante más de un año, y así lograron convertir en dispositivos de vigilancia los teléfonos inteligentes de disidentes locales o rivales en el extranjero”, informó el viernes el diario estadounidense The New York Times citando documentos judiciales.
La conclusión se basa en correos electrónicos filtrados presentados recientemente en dos demandas contra la empresa NSO Group, creadora de Pegasus (nombre del software) radicada en el régimen de Israel, acusándola de implicación activa en espionaje ilegal.
De acuerdo con los documentos, las autoridades emiratíes intentaron interceptar las llamadas del primer ministro de El Líbano, Saad Hariri, además de un príncipe saudí a cargo de la guardia nacional del reino y varios ciudadanos cataríes, entre otras víctimas.
Al parecer, el programa se descargaba en secreto en los dispositivos de los blancos de espionaje y suministraba información sobre las llamadas telefónicas y correos electrónicos de la víctima.
Los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos han estado utilizando ‘spyware’ israelí durante más de un año, y así lograron convertir en dispositivos de vigilancia los teléfonos inteligentes de disidentes locales o rivales en el extranjero”, informa el diario estadounidense The New York Times citando documentos judiciales.
Por su parte, NSO Group ha alegado que vende su plataforma solo a condición de que el comprador la emplee contra terroristas y criminales, pese a que las pruebas presentadas en las demandas muestran lo contrario.
A este respecto, un funcionario de la Cancillería de Catar ha asegurado que su país está investigando la ayuda a EAU de las agencias de espionaje del régimen de Tel Aviv para espiar a nacionales cataríes.
El funcionario catarí ha agregado que la revelación plantea muchas preguntas sobre las raíces de la crisis actual entre los Estados árabes del Golfo Pérsico y revela cuánto tiempo han dedicado los planificadores a romper los lazos entre los pueblos de la región.
En junio de 2017, Arabia Saudí, Baréin, EAU y Egipto rompieron sus relaciones diplomáticas con Catar, tras acusar a este país de fomentar el terrorismo, y le impusieron un férreo boicot económico.
Catar, que niega tajantemente cualquier apoyo al terrorismo de su parte, ha anunciado una y otra vez su disposición a solventar la disputa con sus vecinos árabes por medio del diálogo, pero la crisis sigue su curso pese a los esfuerzos de algunos mediadores.
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