Publicada: jueves, 7 de noviembre de 2024 6:54
Actualizada: domingo, 10 de noviembre de 2024 20:15

Luego de 400 días de bombardeos israelíes, Gaza se ha convertido en un paisaje desolado de escombros, concreto destruido y restos de la vida cotidiana.

Por: Maryam Qarehgozlou

Tras casi 400 días de bombardeos israelíes indiscriminados e implacables sobre la Franja de Gaza, el enclave costero palestino ha quedado reducido a una escena aterradora y desolada: un paisaje devastado de concreto, acero retorcido, escombros dispersos y fragmentos de la vida cotidiana destrozada.

Lo que una vez fueron edificios majestuosos ahora se alzan como conchas vacías y esqueléticas, con sus fachadas arrancadas, revelando paredes en ruinas y ventanas rotas. Nubes de polvo se suspenden densas en el aire, agitadas por el retumbar de explosiones distantes y el lento y frío rugir de los bulldozers militares que avanzan.

Estos bulldozers militares israelíes avanzan a través de la devastación, con sus enormes cuchillas empujando los escombros y derribando cualquier vestigio de estructuras que aún permanecen en pie. Surcan los restos de tiendas, viviendas, escuelas, mezquitas, reduciendo lo poco que queda a polvo y tierra plana.

No hay señales de vida en la ciudad, solo la marcha mecánica y estridente de las máquinas, completando lo que comenzaron las bombas, transformando el paisaje urbano que alguna vez fue vibrante en un yermo plano y desolado.

En los 396 días de asedio del régimen israelí a Gaza, hasta este martes, dos tercios de las estructuras en la estrecha franja han sido dañadas, según el Centro de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT, por sus siglas en inglés).

Esos 66 por ciento de edificios dañados en Gaza representan un total de 163 778 estructuras.

El domingo, Yunis Tirawi, periodista con sede en Gaza, desveló una nueva bomba informativa, compartiendo en X (anteriormente Twitter) un vídeo y fotos que exponían a una empresa israelí privada, Meshek Afar Ltd., contratada por el ejército del régimen, que está demoliendo los restos de edificios en Gaza.

“El ejército israelí está empleando compañías privadas civiles y personal no militar para aplanar viviendas en Rafah”, escribió en una publicación en X.

“Meshek Afar Ltd ha estado en la ciudad durante tres días. Un empleado que ahora está en Rafah subió esto a continuación y dijo que su director ejecutivo derribará una mezquita mañana”, agregó, compartiendo un vídeo del director ejecutivo de Meshek Afar, Alon Elgali, y otro miembro del personal de la compañía navegando entre los escombros en Rafah, una ciudad en el sur de Gaza.

El empleado de la empresa afirmó en el vídeo que “nos queda un año por delante y no vamos a parar”.

“Limpieza étnica a una escala industrial”

Tras los primeros informes sobre la participación del ejército israelí en la demolición de viviendas en la ciudad de Rafah, al sur de Gaza, mediante empresas privadas civiles, estalló una enorme protesta en las redes sociales, donde miles de personas denunciaron estas acciones como actos flagrantes de genocidio y limpieza étnica.

“La depravación no tiene límites. El objetivo siempre ha sido la limpieza étnica de Palestina”, escribió Radia Hennessey, una defensora de los derechos humanos, en X.

“Limpieza étnica a una escala industrial, 1948 palidece en comparación”, escribió otro usuario de X bajo el nombre de ShamsusNYC, refiriéndose a la “Nakba” (catástrofe), el desplazamiento masivo y la desposesión de los palestinos ocurridos durante la ocupación israelí de los territorios palestinos.

Algunos también señalaron los estimados 10 000 cuerpos atrapados bajo los escombros de las casas demolidas en Gaza, llamando la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias del implacable bombardeo aéreo israelí sobre Gaza, que ha causado la muerte de más de 43 400 palestinos hasta la fecha.

“Es probable que haya cuerpos no recuperados en estas ruinas, no parece haber ningún intento de recuperar estos restos y tratarlos como corresponde. También está destruyendo pruebas de crímenes de guerra”, escribió un usuario bajo el seudónimo catkibb en X.

Los usuarios de las redes sociales también destacaron la preocupante declaración hecha por un empleado de Meshek Afar en el vídeo, en la que afirmó que el contrato tendría una duración de un año.

Muchos interpretaron esto como una prueba concluyente de que la guerra genocida de Israel contra Gaza continuará durante otro año más, lo que desató una indignación y preocupación aún mayores.

“Noté la parte de ‘nos queda otro año por delante’ y apenas ha pasado un año desde que comenzó el genocidio. ¡Habían dicho que tomaría 2 años y ahora están ejecutando el plan!” escribió un usuario de X.

“¿¡Su contrato de demolición se extiende por un año!?!? ¡Prueba irrefutable de que [el primer ministro israelí Benjamín] Netanyahu no tiene absolutamente ninguna intención de negociar por los restantes [cautivos israelíes], cumplir con las directivas de la ONU, alcanzar un alto al fuego, o garantizar que se respeten los derechos humanos básicos de los gazatíes!”, remarcó otro usuario.

Más despojo de tierras israelí

El autor Nimer Sultany, doctorado en Derecho por la Universidad de Harvard, afirmó que la destrucción infligida a Gaza por parte del régimen israelí es sistemática, lo que implica que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para erradicar por completo a los palestinos de su tierra natal.

“La ‘aplanadora’ genocida de Gaza, tanto en el norte como en el sur, es metódica”, escribió Sultany en X.

Otros usuarios realizaron comentarios similares, señalando que, al arrasar los edificios de Gaza hasta los cimientos, el régimen israelí está apoderándose de la tierra de sus habitantes originales, expulsándolos posteriormente y dejándolos incapaces de reclamar o reconstruir sus hogares.

“Despojo de tierras, erradicación de un pueblo que nunca podrá reconstruir, incluso si llegaran a tener la oportunidad de regresar a su tierra”, escribió un usuario.

Huwaida Arraf, abogada palestino-estadounidense de derechos humanos y civiles, y cofundadora del Movimiento Internacional de Solidaridad, aseguró que Meshek Afar está “sin duda” buscando contratos para construir asentamientos en Gaza y pidió desinvertir en la compañía.

“Sin lugar a dudas, esta es una de las empresas que salivan por los contratos para construir asentamientos en Gaza. Cualquier negocio internacional o inversión que tengan debe ser objetivo de desinversión”, escribió.

Además, destacó que Alon Elgali, el director ejecutivo de Meshek Afar, no debe evadir la responsabilidad legal, ya que los civiles también pueden ser procesados por crímenes de guerra bajo la jurisdicción tanto de la Corte Penal Internacional (CPI) como de los tribunales nacionales.

“En cuanto a su director ejecutivo, los civiles también pueden ser procesados por crímenes de guerra, tanto por la CPI como por los tribunales nacionales”, agregó.

Según el reportero de Gaza, Younis Tirawi, Elgali demuestra su desdén hacia el pueblo de Gaza compartiendo publicaciones deshumanizadoras y contenidos en sus redes sociales, burlándose del sufrimiento de los gazatíes.

“Desgarrador. Él y su esposa ya les enseñan a estos niños inocentes cosas racistas y deshumanizantes”, escribió Tirawi, compartiendo un vídeo en el que se veía a Elgali, su esposa y dos hijos cantando una canción que se burlaba de la angustia de los palestinos en Gaza.

“‘Esta era mi casa, sin electricidad ni gas, era mi casa, y la de Ahmad, la de Fatma, la de Abed, la de Salim’, burlándose del sufrimiento civil en Gaza”, añadió Tirawi.

Complicidad del gobierno británico

Tras los informes sobre la implicación de Meshek Afar en la demolición de edificios en Gaza, el autor, activista y columnista británico Michael Rosen exigió al secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, que explicara qué medidas se están tomando para abordar la complicidad británica en la guerra genocida de Israel contra Gaza.

“¿Podría David Lammy explicarnos qué está sucediendo aquí?”, escribió Rosen en una publicación en X.

“¡David Lammy, mira! Aquí tienes más de esa ‘autodefensa’ para la que envías armas. ¿Qué tan estúpidos crees que somos? [Es una] pregunta retórica”, indicó un usuario en la sección de comentarios de la publicación de Rosen.

“Está demasiado ocupado contando todo el dinero que ha recaudado de los sionistas como para estar ciego y sordo ante el genocidio”, comentó otro usuario.

A principios de este año, desgarradores testimonios, en su mayoría proporcionados de manera anónima por soldados israelíes a los medios locales, incluyendo +972 Magazine, Local Call y Haaretz, revelaron que los comandantes militares israelíes habían ordenado a los soldados incendiar casas abandonadas en Gaza sin la debida autorización legal.

“Antes de irte, quemas la casa, todas las casas”, dijo un soldado no identificado a la revista.

“Esto está respaldado a nivel de los comandantes de batallón. Es para que [los palestinos] no puedan regresar, y si dejamos alguna munición o comida, los terroristas no puedan usarla.”

Según el soldado, ellos habían “quemado cientos de casas”.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.