“Festejamos la victoria de la democracia, Grecia envía un mensaje de dignidad, nadie tiene el derecho de amenazar con dividir a Europa”, ha dicho el primer ministro tras unirse a la manifestación de sus partidarios en la ciudad capitalina de Atenas.
Festejamos la victoria de la democracia, Grecia envía un mensaje de dignidad, nadie tiene el derecho de amenazar con dividir a Europa, ha declarado Tsipras.
Al afirmar que la libertad requiere atrevimiento y virtud, el premier heleno ha añadido que el referéndum de este domingo pondrá de relieve que en Grecia ha vencido la democracia y los chantajes de los acreedores, es decir la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), han sido rechazados.
También, durante un discurso televisado, Tsipras ha subrayado que un ‘no’ a un acuerdo no viable no es sinónimo de ruptura con Europa, mientras que un “no” a las peticiones de los acreedores para seguir financiando el país significa continuar la negociación con mejores términos para el pueblo heleno.
Asimismo, ha reiterado que los griegos para tener un mejor futuro tienen que decir “no” a los chantajes y a la campaña del miedo por parte de los partidarios del “sí”.
Los griegos están llamados a las urnas este domingo para decidir si aceptan o no la propuesta de los acreedores.
Ha subrayado que en el caso de que se imponga el “sí”, pondrá en marcha los procedimientos previstos por la Constitución del país para que la propuesta de los acreedores se convierta en una ley.
El mismo día, miles de personas se han reunido en la ciudad capitalina de Atenas para mostrar su postura ante dicho referéndum.
Según los medios locales, se estima que unos 25 mil griegos han llevado a cabo marchas en contra de las demandas de los acreedores y unos 20 mil a favor de esas condiciones.
Las fuentes han informado de que breves enfrentamientos han sido estallados entre un grupo de jóvenes y las fuerzas policiales en la Plaza de Syntagma, situada en Atenas, antes de que se inicie la manifestación del “no” respaldada por el primer ministro.
Grecia negocia desde finales del pasado febrero con los acreedores para recibir una nueva ayuda de 7200 millones de euros, pero la petición de reformas económicas por parte de los acreedores y demás países de la zona euro ha obstaculizado que las partes alcanzan un pacto integral.
Tanto la UE como el FMI exigen una serie de reformas que Grecia rechaza mientras asegura que cuenta con el apoyo de su pueblo y la responsabilidad de gestionar “esta difícil situación”.
El pasado 28 de junio, Tsipras anunció el cierre provisional de los bancos y medidas de control de capitales y culpó al Banco Central Europeo (BCE) de forzar al Gobierno de Atenas a adoptar estas medidas.
Tsipras convocó un plebiscito para el próximo 5 de julio, y llamó a los griegos a votar un "no" tajante, y ayudar a dar un "paso decisivo" hacia el alcance de "un acuerdo mejor" con los acreedores; además dijo que este referéndum no signifca que Grecia pretenda salirse del euro.
Grecia, sumida desde finales de 2009, en una grave crisis de deuda soberana, tendrá que seguir pagando cuotas de su deuda de cerca de 360 mil millones de euros a sus acreedores hasta el 2054.
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