Según miembros de la oposición bareiní entrevistados el viernes por la agencia de noticias Al-Ahd, el régimen de Al Jalifa está completamente bajo el control de Arabia Saudí y tiene en cuenta los intereses de Riad antes que los suyos propios.
Dichas fuentes revelaron que el rey bareiní viaja a Riad, la capital saudí, antes de tomar decisiones importantes; primero las consulta con los gobernantes saudíes ante el temor de adoptar medidas que puedan provocar la ira de Al Saud.
A modo de ejemplo aludieron al reciente viaje de Hamid bin Isa Al Jalifa a la capital saudí, visita tras la cual el rey bareiní decidió privar de la nacionalidad a 55 opositores.
También responsabilizaron a los gobernantes saudíes de la encarcelación del Sheij Ali Salman, clérigo chií y líder del principal partido opositor de Baréin, Al-Wefaq, que fue condenado a cuatro años de cárcel; dado que consideran que su encarcelación fue a petición de Al Saud.
Al mismo tiempo aseguraron que la detención del Sheij Salman también es una venganza personal por parte de Al Jalifa y Al Saud, puesto que el clérigo chií se negó a participar en los comicios parlamentarios del 2014 por considerarlos manipulados.
En marzo de 2011, el régimen de Baréin aprobó la Ley de Seguridad Nacional, medida que autorizó la entrada de tropas saudíes y emiratíes a Baréin para ayudar a las fuerzas de seguridad a reprimir las manifestaciones, actuación denunciada por muchos bareiníes como invasión extranjera.
Al Jalifa también homenajeó el mes de mayo al excanciller saudí Saud al-Faisal por sus “posturas firmes” cuando se celebraban muchas manifestaciones antigubernamentales en Arabia Saudí.
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