El Tribunal Penal de la ciudad de Giza (noreste) ha dictado las sentencias preliminares de Mostafa Hamdy y Mosaab Abdel Rahman, por supuestamente incendiar el edificio de la fiscalía administrativa en El Cairo, así como una torre de telefonía móvil en la ciudad industrial-residencial, Seis de Octubre (noreste), sita a las afueras de la capital, durante las protestas.
Las sentencias, cuyo veredicto final se emitirá el 3 de octubre, han sido remitidas al gran muftí egipcio, Shawki Ibrahim Abdel- Karim, para su revisión, informa Press TV.
Según ha informado este martes la cadena iraní de habla inglesa Press TV, las sentencias, cuyo veredicto final se emitirá el 3 de octubre, han sido remitidas al gran muftí egipcio, Shawki Ibrahim Abdel- Karim, para su revisión.
A pesar de no tener poder coercitivo, la opinión del muftí ha de ser consultada acorde con la ley egipcia que requiere que los jueces busquen un punto de vista religioso en las sentencias de muerte.

Las fuerzas de seguridad egipcias llevaron a cabo ataques mortales el 14 de agosto del 2013, en dos focos de manifestaciones en El Cairo, uno en la plaza Al-Nahda y otro aún más grande en la plaza Rabaa al-Adawiya, que habían sido ocupadas durante semanas por los partidarios de Mursi.
Los dos presos pertenecen al movimiento juvenil pro Mursi, los Ultras Rabaawy, formado en solidaridad con las víctimas de la masacre de Rabaa, en la que según el movimiento de los Hermanos Musulmanes (HHMM) murieron 2600 personas.
En este contexto, la organización pro derechos humanos, Human Rights Watch, describió estos ataques como "una de las mayores matanzas del mundo de manifestantes en un solo día en la historia reciente".
A pesar de esto, ni una sola autoridad en el país ha sido convocada por los tribunales sobre la masacre.

Egipto es escenario de la violencia desde que Mursi, el primer presidente electo democráticamente en el país del norte de África, fuese derrocado en un golpe militar liderado por el entonces comandante del Éjercito y actual presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, en julio del 2013.
Desde entonces, miles de manifestantes antigubernamentales, entre ellos más de 15.000 miembros o simpatizantes de los HHMM, han sido condenados a la cárcel. Otros cientos de partidarios del expresidente, incluido el propio Mursi, han sido condenados a muerte.
Estas condenas ocurren en procesos sumarísimos y los presos son despachados en cuestión de minutos, un proceso que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera “sin precedentes”.
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