El seleccionador persa que dirige desde hace cinco meses el equipo birmano anunció el jueves su decisión.
“Esto fue lo mínimo que podía hacer”, dijo a los periodistas.
Desde 1992, el Gobierno budista no reconoce a los rohingyas como ciudadanos y los considera como inmigrantes bengalíes. Los incesantes ataques brutales han dejado cientos de muertos y las duras condiciones de vida han obligado a decenas de miles de rohingyas a abandonar sus casas y buscar refugio en el vecino Bangladés.
Esto fue lo mínimo que podía hacer”, mencionó Reza Kordi, entrenador iraní de la selección de fútbol sala de Myanmar.
Las fuerzas del país asiático reprimen a las mujeres y niños musulmanes decapitándolos y quemándolos vivos.
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