El Ministerio de Asuntos Exteriores de Nicaragua emitió el lunes una nota en la que exige al embajador Sullivan “el cese a sus ataques encubiertos, sus hipócritas salutaciones, disfrazadas de una cortesía diplomática que abandonó hace tiempo, y que más bien ha sido, y es, ejemplo de la continua, perversa y detestable injerencia invasora de los Estados Unidos en Nicaragua”.
Según la Cancillería de Managua, el diplomático norteamericano se expresa continuamente, de manera directa e indirecta, en detrimento de decisiones institucionales y de políticas nacionales independientes del país centroamericano que “no es colonia de nadie”.
“Nuestra soberanía, que no se discute, ni se entrega a los bárbaros fieros, no puede seguir siendo vulnerada o violentada por los mismos invasores e interventores de siempre”, señala el texto.
Asimismo, Nicaragua llama al embajador estadounidense a tomar una conducta “respetuosa y responsable”, en el contexto de la Convención de Viena, según la cual, en las relaciones diplomáticas todos los Estados deben respetar y reconocer la soberanía y autodeterminación de los países concernidos.
Esta nota se suma a las muchas denuncias de Nicaragua en las que asegura que Washington y sus socios, como la Unión Europea (UE), tratan de entrometerse en los asuntos internos del país y sancionan a sus autoridades y al pueblo en busca de poner fin al Gobierno de Daniel Ortega por defender la soberanía del país y ser abiertamente antimperialista.
Las presiones de los países occidentales, con EE.UU. a la cabeza, y las campañas de difamación contra el mandatario sandinista han aumentado desde que este postulara por la reelección en los próximos comicios del 7 de noviembre.
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