• Ortega: EEUU busca imponer un gobierno sumiso en Nicaragua
Publicada: lunes, 10 de septiembre de 2018 22:05
Actualizada: lunes, 10 de septiembre de 2018 23:53

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, denuncia que EE.UU. busca imponer un gobierno sumiso en su país y lo mantiene bajo amenaza directa de ataque.

Durante una entrevista con la televisora alemana Deutsche Welle, publicada el domingo, Ortega aseguró que, desde que llegó al poder por segunda vez en 2007, Estados Unidos empezó a trabajar para destruir el proyecto sandinista y derrocarlo.

El mandatario dijo que si EE.UU. quiere contribuir a la paz de Nicaragua y la región, debe ser respetuoso de las decisiones tomadas por cada Estado y no estar “conspirando” continuamente en contra de gobiernos que no son sus enemigos, sino “somos enemigos de someternos a las políticas de la Casa Blanca”, apuntó.

El líder sandinista señaló que el tema de Nicaragua no está en la agenda del presidente estadounidense, Donald Trump, sino en la de políticos de Florida quienes, junto a otros congresistas, definen las propuestas a dirimir en el Congreso, “y es ahí donde se aprueban estas iniciativas”, explicó.

 Somos enemigos de someternos a las políticas de la Casa Blanca”, dice el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega

 

Recalcó asimismo que los ataques a Nicaragua desde EE.UU. surgen porque un pueblo pequeño se reveló contra un gigante “y ese ejemplo para ellos es inadmisible”.

Ortega acusa a EE.UU. de estar detrás de las manifestaciones de la oposición nicaragüense que empezaron en abril para exigir un cambio de gobierno. Sin embargo, afirma que estaría dispuesto a dialogar con Washington para poner fin a la crisis que vive el país centroamericano.

En este sentido, el mandatario nicaragüense señaló que le gustaría reunirse con su homólogo estadounidense al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) que se celebrará este mes en Nueva York (EE.UU.).

La crisis en Nicaragua empezó el 18 de abril con manifestaciones contra una reforma de la seguridad social, ahora derogada, pero siguieron otras protestas para pedir la salida de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

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