El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su firme oposición al Plan Mérida, un tratado de seguridad establecido por Estados Unidos en acuerdo con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. A juicio de López Obrador, tales iniciativas no funcionan y la mejor medida contra la migración es contribuir al desarrollo en la región centroamericana.
En la misma línea, México y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), lanzaron el Plan de Desarrollo Integral para el sur de México y Centroamérica. México explicó que la iniciativa requiere una inversión de “alrededor de 10 000 millones de dólares al año” durante una década, por lo que pidió inversiones de Estados Unidos.
Por su parte, la Cepal insistió en la necesidad de enfocar la situación en la seguridad humana y no en seguridad nacional.
Desde el año pasado, los inmigrantes se dirigen hacia EE.UU. en multitudinarias caravanas. Esto despertó la furia de la Administración de Donald Trump, quien alegando una “amenaza a la seguridad nacional”, envió a miles de soldados a su frontera y amenazó con cerrarla.
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