Cuando las fuerzas kurdas (los Peshmerga) tomaron el control de las refinerías y campos petroleros de Bay Hasan y Havana, los empleados recibieron la orden de no volver a sus puestos de trabajo y de confinarse en la sede de la sociedad estatal North Oil Company (NOC), en Kirkuk.
En las asfaltadas vías que serpentean la refinería, un grupo de empleados de la NOC está ahora llevando a cabo “un inventario administrativo para conocer el estado del material”, ha explicado este viernes uno de ellos a la agencia francés de noticias AFP.
Los técnicos evalúan la magnitud de los daños, que visiblemente son limitados. Más lejos, las antorchas de seguridad de las instalaciones muestran que la actividad petrolera no ha cesado en los alrededores.
La compañía pública petrolera “espera reanudar la producción el sábado por la noche o el domingo”, ha afirmado a la AFP un directivo de la NOC, que requiere anonimato. De momento el objetivo es “llegar a una producción de 50.000 barriles por día” (bd), ha precisado.
Los trabajadores de los campos petroleros de Bay Hasan y Havana regresan después de que los pozos fueran retomados por las Fuerzas de Reacción Rápida, las Fuerzas Antiterroristas (CTS, en inglés) y el Ejército del país árabe.
Las fuerzas del Gobierno iraquí entraron el domingo en la ciudad de Kirkuk (rica en recursos petrolíferos). Las fuerzas kurdas se retiraron sin luchar y, por lo tanto, las tropas iraquíes recuperaron todas las ciudades que estaban en manos de los Peshmerga.
Las fuerzas iraquíes perdieron el control de los pozos petrolíferos en junio de 2014, tras asaltos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). Más tarde, los Peshmerga tomaron el control de los mismos después de que la banda takfirí sufriera severas derrotas.
Tras el referéndum separatista organizado en la región del Kurdistán iraquí el pasado 25 de septiembre y rechazado por el Gobierno central, Bagdad ha adoptado distintas medidas para preservar la integridad territorial del país.
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