Tegucigalpa y San Pedro Sula, las ciudades más importantes de Honduras, entraron en estado de excepción, por orden de la presidenta del país. La medida busca hacerle frente a la delincuencia.
89 barrios de la capital y 73 de la ciudad de San Pedro Sula estarán fuertemente resguardadas por elementos de los aparatos de seguridad del Estado.
Los habitantes de esos barrios y colonias pueden transitar libremente sin problemas, esta determinación no es un toque de queda que restrinja la libre circulación de las personas.
El aumento a los cobros de la extorsión a manos de las maras y pandillas es una losa sobre la economía de miles de pequeñas y medianas empresas, que sufren desde hace unos 20 años estas amenazas de los delincuentes.
Hasta el próximo seis de enero se mantendrán estas medidas de seguridad, que permiten a los policías detener y requerir a cualquier sospechoso de algún acto delictivo.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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