Los hondureños hicieron a un lado el toque de queda vigente en Honduras desde hace tres meses, y salieron a las calles a protestar contra el nuevo código penal, que entre otras cosas criminaliza con más de 20 años de cárcel las protestas.
La acción se dio en las inmediaciones del Hospital Escuela, centro asistencial referente por su capacidad de atención en Honduras. Pero esa atención se ha visto mermada por la saturación de pacientes del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y la falta de insumos médicos.
Desde el mes de marzo Inversiones de Honduras, anunció la compra de hospitales móviles para atender pacientes de COVID-19 por un valor mayor a los 47 millones de lempiras. Esos hospitales siguen sin llegar al país, mientras tanto los pacientes son atendidos en carpas a las afueras de los hospitales.
Mientras el alza de contagios en Honduras no ha frenado, los médicos se han ausentado de sus centros de trabajo o se han declarado en huelga, debido a la criminalización que hace el gobierno a sus declaraciones, denunciando la falta de equipo médico para atender al os pacientes.
En esta misma jornada, los médicos del Hospital Escuela realizaron una protesta de brazos caídos; por el despido del director de ese centro asistencial, separado de su cargo por denunciar que el presupuesto es saqueado por las autoridades del gobierno de Hernández.
Mientras tanto los empleados del sector salud siguen en sus puestos de trabajo, en su lucha contra la pandemia pero sin el apoyo real de un gobierno como el de Hernández.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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