“Atacaremos el lugar donde esos envíos son hechos o donde son organizados. Respetaremos la línea roja (…) en cuanto se tengan las pruebas, haré lo que he dicho”, ha advertido el mandatario galo, haciendo alusión a anteriores amenazas del Occidente contra el Gobierno de Bashar al-Asad.
Pese a lo dicho, Macron, en un discurso pronunciado ante la asociación de la prensa presidencial, ha admitido que su país todavía no ha obtenido pruebas sobre el uso de armas químicas proscritas contra la población civil en Siria.
“Sabremos caracterizar las cosas antes del fin del conflicto”, explica, refiriéndose particularmente a las acusaciones de EE.UU. sobre el empleo por el Gobierno sirio de armas químicas. En caso de que las pruebas lleguen tras el fin de la crisis, “eso corresponderá a la justicia internacional”, señala.
Atacaremos el lugar donde esos envíos son hechos o donde son organizados. Respetaremos la línea roja (…) en cuanto se tengan las pruebas, haré lo que he dicho”, ha advertido el mandatario francés, Emmanuel Macron, en alusión al uso de armas químicas en Siria.
En todo caso, insiste en que la prioridad de su Gobierno en Siria es la lucha contra los grupos terroristas y, a la vez, invita a celebrar una conferencia internacional sobre el país árabe, de ser posible, “en la región”.
Mientras que el Ejército sirio ha erradicado casi definitivamente al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) de todas la ciudades y aldeas y actualmente lucha en el noroeste del país contra los terroristas de la Junta de Liberación del Levante (Hayat Tahrir Al-Sham, en árabe), filial siria de Al-Qaeda, Washington no deja de acusar a Damasco sin pruebas del uso de armas químicas.
La semana pasada, la Cancillería siria condenó enérgicamente las “mentiras” y “falsas” acusaciones de EE.UU., que no tienen ninguna base real ni documental y “no son más que falacias que se basan en estudios inventados por sus socios” en territorio sirio.
Desde el inicio del conflicto sirio en 2011, los países occidentales han acusado en más de una ocasión a Damasco del uso de armas químicas. Siria, por su parte, rechaza las acusaciones y señala a los grupos armados apoyados por el Occidente como responsables.
En 2014, el Gobierno sirio entregó su arsenal químico a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y, en enero de 2016, este organismo anunció su total destrucción.
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