El solsticio de invierno es conocido como el día más corto y la noche más larga del año. Por tanto, las comunidades indígenas de El Salvador recibieron el evento natural con una ceremonia ancestral en el sitio sagrado San Andrés, ubicado en el departamento de La Libertad.
La ceremonia se celebra con fuego, agua y otras ofrendas para sumarse al “tiempo de renovación y renacimiento” que trae el solsticio.




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