El Consejo Europeo (CE), mediante un comunicado emitido este jueves en su portal oficial, ha anunciado la decisión del bloque comunitario, de acuerdo a su estrategia para Siria, de mantener vigentes sus restricciones contra el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, su entorno y sus partidarios.
En la lista actual de los sancionados figuran 283 personas, incluidos el presidente, su familia, la cúpula militar y del Gobierno, cuyos activos en Europa permanecerán congelados, además de tener vetada la entrada a la zona Schengen.
Al respecto, también engloba a 70 entidades y empresas en distintos ámbitos, entre ellos el petrolero, el comercial y de inversiones, así como la inmovilización de los bienes en la UE del Banco Central de Siria.
La renovación coincide con las elecciones presidenciales en el país árabe, que se celebraron el miércoles, en momentos críticos en que el Gobierno de Damasco sigue luchando para erradicar del país todo vestigio del terrorismo y la presencia ilegal de las tropas extranjeras, como las estadounidenses.
En contra a las especulaciones venenosas de los medios occidentales como los de Francia, EE.UU. y el Reino Unido que con anterioridad habían tachado de “ilegítimos” los resultados de los referidos comicios, la participación popular asestó un duro golpe a los críticos de Siria.
La publicación de imágenes de la presencia masiva de personas en las urnas mostró que el pueblo sirio cree en el proceso político del país y también enfatizó la necesidad de determinar su propio destino.
Desde el estallido de la crisis provocada por los grupos terroristas en Siria en marzo de 2011, la UE ha adoptado una campaña de embargos que prorroga anualmente, bajo diferentes excusas, obstaculizando el acceso del pueblo a los alimentos y medicamentos y un largo etcétera en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
Con todo, el Gobierno sirio ha dejado claro que nunca cederá ante el ilegal asedio de los países europeos y EE.UU. en su contra, ni permitirá que sus enemigos logren con presiones económicas lo que no han conseguido en el campo de batalla ni en las urnas.
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