Mediante, una cumbre sin precedentes de tres días, el Vaticano pone en jaque a la jerarquía eclesiástica al querer romper el silencio de muchos años.
El Vaticano celebra la segunda jornada de una histórica cumbre sobre la pederastia de los curas, que ha empeñado la credibilidad de la Iglesia. El foco de debate se centró en cómo sus líderes deben reconocer que décadas de encubrimiento, secreto y temor al escándalo solo empeoraron la crisis.
Por primera vez en la historia, los 200 líderes de la Iglesia Católica de todo el mundo se han reunido a petición del papa Francisco para pedir una nueva cultura de responsabilidad y castigar a los obispos y superiores religiosos que no protegen a sus rebaños de sacerdotes depredadores.
Durante la cumbre muchas de las víctimas de pederastia describieron ante los líderes de la Iglesia el horror padecido. Denuncian la impunidad y exigen más que nunca un castigo contundente.
Según un reciente informe, la organización “Fin a los Abusos del Clero”, ECA Global , unos 100 000 menores han sufrido abusos por parte de los miembros de la Iglesia en EE.UU., Canadá, Australia, Irlanda, Holanda, Chile, Argentina, Alemania y España, entre otros. Con anterioridad, el papa había confesado el fracaso de esta institución ante estos crímenes repugnantes.
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