Se trata de la segunda crisis de Gobierno de la Generalitat tras el cese de Jordi Baiget para proteger el referéndum unilateral y resistir hasta octubre. Un nuevo equipo encarará el camino de previsible mayor confrontación con el Estado en los próximos meses.
Tres consejeros clave para la consulta abandonan el barco por dudas o miedos a inhabilitaciones, incautaciones al patrimonio o incluso la posibilidad ir a prisión. El vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, asume la coordinación del referéndum y en los próximos días procederá a la compra de urnas.
En el capítulo de altas y bajas, Jordi Turull sustituye a la portavoz y consejera de Presidencia Neus Munté. Joaquim Forn asume Interior de manos de Jordi Jané y Clara Ponsatí recibe la cartera de enseñanza por parte de Meritxell Ruiz, además del secretario del Gobierno, Joan Vidal, reemplazado por Víctor Cullell.
Estos cambios han sido criticados por la oposición unionista, que los ha calificado de purga, mientras la Candidatura de Unidad Popular (CUP), socio independentista, los ha celebrado.
Las tensiones internas dentro del independentismo llegan en un momento crucial en el que no valen ambigüedades en el desafío al Estado. El Gobierno catalán se ha blindado y mientras el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sigue proponiendo una reforma constitucional para abordar el conflicto, el Gobierno español sigue atacando judicialmente las acciones secesionistas, la última, la investigación de la Fiscalía por el acto del pasado 3 de julio en el Teatro Nacional de Cataluña en el que se anunció la ley que da garantías al referéndum.
Oriol Puig, Barcelona.
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