La venta de armamento supone una de las principales fuentes de ingresos para el Reino Unido, más de 3500 millones de dólares desde 2018. Entre ellos se encuentra el régimen de Israel. Más de 280 millones de dólares durante el pasado año, incluyendo una venta de más de 17 millones de dólares cuatro días después de la matanza de 68 palestinos en el día más sangriento desde 2014.
Estas revelaciones llegan tras un acta judicial que obliga al Gobierno británico a detener la aprobación para la venta de armamento a Arabia Saudí ante la incapacidad de poder verificar que no serían utilizadas en la guerra en Yemen. Un hecho que de por sí constituyen una violación de la ley humanitaria internacional.
Mientras tanto en Baréin, Arabia Saudí participa junto a otros países árabes en el llamado “acuerdo del siglo”, una cumbre de trabajo planeada por el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, y que pretende buscar la paz en Palestina, sin la asistencia de Palestina, y que podría dejar a los palestinos sin derecho a sus tierras, a cambio de dinero. En Londres, un grupo activistas han acudido a la embajada de Baréin para llamar la atención sobre esta expropiación de la tierra palestina, acusando al Gobierno británico de duplicidad frente al conflicto entre Israel y Palestina.
El Reino Unido no ha tomado parte en estas reuniones, pero sí en el conflicto entre Israel y Palestina, mediante la venta de armamento a Israel, y quebrantando sus propias leyes que buscan evitar el uso de armas británicas contra la población civil en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, la venta de armas continúa.
Ian Díez, Londres.
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