En sus críticas, los activistas denuncian que el viaje secreto de Hammond a Baréin la semana pasada y sus visitas a las altas autoridades de ese país árabe han tenido lugar en el mismo día en el que el régimen de Al Jalifa decidió extender la detención del director del Centro de Derechos Humanos de Baréin (BCHR en inglés), Nabil Rayab.
De acuerdo con los activistas, mientras Hammond intercambiaba bromas con el príncipe heredero de Baréin, Salman bin Hamad bin Isa Al Jalifa, Rayab en prisión preventiva desde hace varias semanas solo por haber difundido un mensaje en Twitter en contra de la agresión saudí a Yemen.
Hammond se codea con los miembros de la familia gobernante de Baréin y aborda con ellos la cooperación militar y económica. ¿Qué mensaje transmite esto?
En declaraciones durante un evento político a su regreso al Reino Unido Hammond explicó, el pasado jueves, que había mantenido “conversaciones muy francas” con las autoridades bareiníes y que consideraba que ese país árabe era “un país muy amigo que se está moviendo en la dirección correcta”.
En tanto, Sayed Alwadaei, a quien la dinastía gobernante ha revocado la ciudadanía, aseguró que “está claro que la política del Reino Unido en Baréin ha fallado y sólo sirve para encubrir las violencias”.
“Hammond se codea con los miembros de la familia gobernante de Baréin y aborda con ellos la cooperación militar y económica. ¿Qué mensaje transmite esto?”, cuestionó.
Según fuentes británicas, la “visita de cortesía” de Hammond al príncipe heredero de Baréin ha tenido como objetivo negociar la venta de los aviones de combate Typhoon BAE al pequeño país del Golfo Pérsico, aliado de Occidente en la región.
El pasado 5 de diciembre, Hammond informó del establecimiento de la primera base militar del país europeo en Oriente Medio (desde que completara su retirada de la región en 1971), en el puerto de Mina Salman, en Baréin.
Mientras la Cancillería bareiní alega que el establecimiento de la nueva base militar británica en Baréin tiene como meta aumentar la seguridad del país árabe y la región en las actuales circunstancias críticas de la zona, el pueblo ha manifestado su fuerte rechazo al respecto.
El principal partido opositor de Baréin, Al-Wefaq, el movimiento opositor Coalición 14 de Febrero, y el Centro de Derechos Humanos de Baréin destacan entre las comunidades que, junto al pueblo bareiní, han denunciado el “convenio negro” firmado entre Manama y Londres.
A criterio de Nabil Rayab, tal acuerdo se considera una recompensa al Reino Unido por haber callado ante los abusos de los derechos humanos del régimen de Manama y su apoyo continuo.
Desde febrero de 2011, los bareiníes realizan manifestaciones contra Al Jalifa, en el poder desde hace más de 40 años, para reclamar el fin del “monopolio de poder”, además de abogar por un Gobierno constitucional y un poder judicial independiente.
Sin embargo, las fuerzas gubernamentales del pequeño país del Golfo Pérsico, respaldadas por efectivos saudíes, han reprimido duramente esas movilizaciones.
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