El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, dos de las instituciones financieras internacionales más influyentes, estarían condicionando los fondos de reconstrucción para el Líbano a la normalización de sus relaciones con Israel y al desarme del Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá).
Según informó el periódico libanés Al-Akhbar, citando fuentes conocedoras del asunto, la directora del FMI, Kristalina Gueorguieva, comunicó al gobernador interino del banco central del Líbano, Wassim Mansouri, en una reunión reciente, que el acceso del país a la financiación internacional estaría “sujeto a la implementación de medidas y procedimientos específicos dentro de un marco temporal y con objetivos definidos”.
Dichas condiciones coinciden con las presiones políticas relacionadas con la normalización de relaciones y el desarme, añade el informe.
Esta información surge después de que el enviado especial de Estados Unidos para Asia Occidental, Steven Charles Witkoff, especulara sobre la posibilidad de que Líbano y Siria se sumen a los acuerdos de normalización negociados por el expresidente estadounidense Donald Trump con varios países árabes durante su mandato.
A principios de este mes, el ministro de Finanzas libanés, Yassine Jaber, anunció que el Banco Mundial había preparado un “plan preliminar” para un proyecto de reconstrucción de 1000 millones de dólares tras la brutal guerra israelí.
Al Akhbar afirmó que el Banco Mundial aprobará el fondo en su reunión del Directorio Ejecutivo el 25 de marzo si el Líbano implementa las reformas financieras y políticas exigidas por Occidente.
La UE, señaló el informe, había condicionado la financiación al Líbano a la “necesidad de reestructurar su sistema bancario”, retrasando el desembolso de 500 millones de euros en ayuda que forma parte de un acuerdo de 2024 firmado entre Beirut y Bruselas para reducir el flujo de refugiados hacia Europa.
Nuevas estimaciones indican que el Líbano necesita entre 6000 y 7000 millones de dólares para reconstruir la infraestructura y eliminar los escombros causados por la agresión israelí.
Hasta ahora, Hezbolá ha proporcionado la mayor parte de la financiación, asignando unos 650 millones de dólares para viviendas y restauración en el sur de Beirut y las zonas del sur del Líbano.
Israel se vio obligado a firmar un acuerdo de alto el fuego con Hezbolá en noviembre tras más de 14 meses de enfrentamientos con el movimiento libanés y una invasión terrestre en el sur del país árabe que dejó más de 4000 libaneses muertos. Según la tregua, extendida hasta el próximo 18 de febrero, las tropas israelíes deberían retirarse del sur del Líbano.
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