Donald Trump y Kamala Harris, compiten por la Presidencia de Estados Unidos. La contienda se desarrolla en un ambiente marcado por el rechazo ciudadano hacia el apoyo de Estados Unidos a Israel y una creciente demanda para poner fin a la guerra en Gaza. La candidata demócrata hizo su discurso de cierre en Michigan, prometiendo el fin de la guerra en la Franja.
Sin embargo, Harris enfrenta escepticismo entre los votantes que consideran que no ha hecho lo suficiente para detener la guerra y reducir la ayuda a Israel. Su rival republicano, Trump, también ha prometido poner fin al conflicto en Asia Occidental, aunque sin detallar cómo lo haría. Por su parte, los habitantes de Gaza y Líbano expresan su frustración con la política exterior de Estados Unidos y con el resultado electoral.
Por otro lado, los iraníes muestran escaso optimismo respecto al impacto de las elecciones de Estados Unidos en el futuro de sus relaciones con Washington.
Las encuestas muestran una contienda muy reñida entre ambos candidatos. Sin embargo, es poco probable que el resultado altere la política estadounidense hacia Israel, manteniendo constante la asistencia militar y económica. Harris ha instado a un alto el fuego en Gaza, mientras reafirma su apoyo al derecho de este régimen a defenderse y su compromiso con la política de armar a Israel.
Trump ha adoptado una postura más unilateral en defensa de Israel y minimizando las preocupaciones sobre las víctimas palestinas. Así, tanto Harris como Trump comparten un apoyo inequívoco a Israel, aunque sus enfoques son diferentes.
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