Tal como reveló el sábado el diario estadounidense The New York Times, una red oculta de espías y unidades militares de Estados Unidos y sus países aliados proporcionan armas y datos de inteligencia a las Fuerzas Armadas de Ucrania, y también entrenan a los soldados ucranianos.
Conforme al reporte, decenas de comandos de países de la OTAN como el Reino Unido, Francia, Canadá y Lituania trabajan en Ucrania, mientras que algunos operativos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del país norteamericano trabajan secretamente en Kiev.
Esto mientras que la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, con fecha anterior había afirmado que su país no enviaría tropas a Ucrania.
Desde el estallido del conflicto el pasado 24 de febrero, e incluso antes, los aliados occidentales de Ucrania, liderados por EE.UU., han intensificado su apoyo armamentístico a Kiev para combatir a Rusia, lo que desde el Kremlin se ve como la causa de la prolongación del conflicto.
Es más, en propio país norteamericano, tanto los senadores demócratas como republicanos del Congreso están profundamente preocupados por las ayudas, lo que aumenta la posibilidad de llevar a Washington a un conflicto directo con Rusia, además creen que el traslado de asistencia en momentos en que la nación sufre la peor crisis en los últimos 40 años, agravaría la recesión económica.
Rusia, a su vez, ha aseverado en repetidas ocasiones que el Occidente está poniendo en riesgo su propia seguridad al entregar ingentes suministros de armas a Ucrania, advirtiendo de que EE.UU. y sus aliados están “echando leña al fuego” del conflicto.
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