Un nutrido grupo de 73 correligionarios del presidente de EE.UU., Joe Biden, le han sugerido en una carta que abandone el llamado “acuerdo del siglo” que diseñó la Administración precedente de Donald Trump para supuestamente poner fin al conflicto israelo-palestino.
En la misiva, con fecha del 23 de junio y difundida el viernes, los legisladores piden al líder demócrata que, como primera medida, para dejar de lado las políticas proisraelíes del republicano Trump, declare ilegal los asentamientos que ha construido el régimen de Israel en territorio palestino ocupado.
Los congresistas exhortan a Biden que “se retire formalmente del llamado ‘plan de paz’” de Trump, un instrumento, que según los firmantes de la carta, ha servido para cimentar la vía a una posible anexión unilateral del territorio palestino por parte de las fuerzas del régimen de Tel Aviv.
Además de solicitar que EE.UU. vuelva a referirse a los territorios palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania como territorios ocupados, los signatarios del documento requirieron al inquilino de la Casa Blanca que demande al nuevo gabinete israelí de primer ministro, Neftalí Benet, el fin de la política de desalojo forzoso de familias palestinas de sus residencias en Al-Quds (Jerusalén) para reubicar a colonos judíos en su lugar, una política que también promovió el anterior régimen de Benjamín Netanyahu.
Justamente esa política expansionista fue la detonante de la escalada de tensiones registrada entre las fuerzas israelíes y los grupos de la Resistencia palestina durante 11 días en el mes de mayo con un intercambio desproporcionado de fuego de misiles y cohetes entre las partes que dejó cientos de víctimas mortales en la asediada Franja de Gaza, así como miles de heridos y desplazados.
Al respecto, el texto remarca a su destinatario que esta última escalda de violencia entre los israelíes y los palestinos es un recordatorio de que el conflicto israelí-palestino no tiene solución militar y solo puede resolverse a través de un ejercicio diplomático que pasa por “una solución con dos Estados”.
El llamado “acuerdo del siglo” rechazado tanto por la comunidad internacional como por los propios palestinos reconocía Al-Quds como capital del régimen israelí en 2017, lo que condujo al traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a esta santa ciudad un año después. Además, otorgaba la “soberanía” israelí sobre los altos del Golán sirios en 2019.
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