El 6 de enero de 2021, quedará registrado en la historia de EE.UU. como el día en el que un mandatario republicano quiso tomar por asalto el voto popular, considerado como el paradigma de la democracia en el mundo.
El Congreso norteamericano reunido en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes se disponía a certificar la lectura de los votos del Colegio Electoral, que habían dado la victoria al demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre, sin embargo, una irrupción violenta dentro del edificio del Capitolio por una turba de partidarios del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, hizo suspender todo.
La sesión bicameral se canceló por unas horas hasta que las fuerzas de seguridad pudieron desalojar al grupo de manifestantes, que arengados por Trump con un discurso repetitivo de denuncias de fraude electoral —ocurrido supuestamente durante el proceso de recuento—, había decidido bloquear la certificación de Biden como el 46.º presidente de EE.UU.
Tras la toma de la sede del Legislativo en Washington D.C., la capital, por los más fervientes seguidores del líder republicano, desconociendo el resultado del sufragio emitido por los estadounidenses, surgió una crisis institucional nunca vista hasta ahora en Estados Unidos. Una coyuntura que ha abierto un abanico de posibles escenarios para el futuro inmediato de Trump.
Un nuevo juicio político acecha a Trump
Ante tal desafío de Trump al sistema democrático de EE.UU., los congresistas de la Cámara de Representantes, del ala demócrata, se prepararon para articular un proceso de juicio político ‘impeachment’ contra el presidente, acusándole de “traición” por haber orquestado una “incitación deliberada a la insurrección” contra el Gobierno de Estados Unidos.
De hecho, si sigue delante este ‘impeachment’ contra Trump, sería la segunda vez que se enfrentaría a este tipo de proceso durante sus cuatros años del mandato, ya que tuvo que afrontar una primera acusación, presentada por la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, por su supuesta implicación en la trama rusa, que no prosperó al quedar bloqueada, posteriormente, en el Senado, de mayoría republicana.
El diario estadounidense The Washington Post en un reciente informe baraja la hipótesis de dos juicios políticos al magnate, ¿acaso Trump podría convertirse en el primer presidente de la historia de EE.UU. en enfrentar dos procesos de ‘impeachment’ durante su mandato?
Un proceso de destitución contra Trump, aupado por su propio Gabinete
Al día siguiente del asalto al Capitolio, varios líderes republicanos anunciaron que la enmienda 25 de la Constitución de Estados Unidos había sido estudiada y discutida para ver qué posibilidades hay de poder destituir a Trump y sustituirlo por el vicepresidente, Mike Pence, siempre y cuando el Gabinete del mandatario le considerara “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”.
Un grupo correligionarios de Trump apostó por esa vía, luego de que los legisladores demócratas expresaran su preocupación sobre lo que podría llegar a liar el aun inquilino de la Casa Blanca en los pocos días que le quedan en el poder.
En este sentido, le describieron al líder republicano como “una amenaza para la seguridad nacional” y solicitaron que Pence invoque de forma inmediata tal enmienda, pues sobre este último recae dicha potestad recogida en la Constitución.
Un encausamiento criminal le aguardaría a Trump
La posibilidad que siga delante la destitución de Trump es casi remota, ya que el propio Pence se ha rehusado a activar la enmienda, aduciendo improcedencia.
No obstante, muchos expertos en temas legales opinan que a Trump nadie le salva de ser enjuiciado por cargos criminales presentados ante alguna corte federal por colectivos pro defensa de la democracia estadounidense.
Recientemente, el diario The New York Times (NYT) informó que Trump había insinuado a sus colaboradores más cercanos que tenía intenciones de darse un indulto antes de abandonar los predios de la Casa Blanca.
Habrá que ver cuál de estos tres posibles escenarios podrían darse lugar en los próximos días antes de que Trump abandone el poder el 20 de enero de 2021, y de paso observar cómo este Estados Unidos tocado por su “reputación” en la esfera internacional tratará de lavar su maltrecha imagen.
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