El rotativo The Washington Post puso de relieve que el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, heredará de su antecesor Barack Obama, entre otros líos, “la participación en la intervención militar sangrienta e infructuosa que el ambicioso príncipe heredero adjunto saudí (Mohamad bin Salman) comenzó en 2015 en Yemen”.
En un artículo publicado el jueves, el diario afirmó que el régimen de Riad ha perpetrado algunos de los “más brutales ataques” en el país más pobre del mundo árabe con el apoyo fundamental de Washington.
La estrategia saudí de seguir bombardeando a los hutíes hasta que cedan la capital Saná no tiene casi ninguna posibilidad de triunfar”, advierte The Washington Post.
“Grupos de derechos humanos han acusado a los saudíes de bombardear escuelas, hospitales y otras instalaciones civiles, así como de emplear municiones de racimo que violan el derecho internacional”, subrayó el medio.
Ante las denuncias de grupos pro derechos humanos, la Administración de Barack Obama se vio obligada a retirar parte de su apoyo a los Al Saud, “pero no lo suficiente para detener la carnicería”, sostuvo.
A este respecto, The Washington Post se refirió a un informe de la organización Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) en el que señala a EE.UU. como “cómplice de los crímenes de guerra saudíes”, documentando decenas de muertes civiles y niños.
De todos modos, el medio advirtió que Trump “se ganará un lugar en el lodazal de Yemen al reavivar las políticas de la anterior Administración y renovar el apoyo total a los bombardeos saudíes”.
Para el diario, la estrategia saudí de seguir bombardeando al movimiento popular yemení (Ansarolá) hasta que cedan la capital Saná “no tiene casi ninguna posibilidad de triunfar”.
De acuerdo a los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ataques saudíes han dejado más de 7000 civiles muertos en ese país entre marzo de 2015 y noviembre de 2016.
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