“El enemigo debe saber que no le daremos un espacio de respiro cerca de las fronteras de la República Islámica de Irán si piensa en planificar conspiraciones [contra su seguridad]”, ha dejado claro este jueves el comandante en jefe del Ejército iraní, el general de división Seyed Abdolrahim Musavi.
Sin embargo, ha asegurado que no hay ninguna amenaza contra la seguridad de las fronteras nacionales al recalcar que el país persa goza de total seguridad gracias al estado de alerta de sus Fuerzas Armadas.
La autoridad castrense iraní ha hecho dichas afirmaciones después de inspeccionar las áreas fronterizas del noroeste del país, donde Irán tiene límites comunes con la República de Azerbaiyán y Armenia, involucradas en el conflicto Nagorno Karabaj.
“El Ejército está completamente listo para defender y garantizar la seguridad fronteriza”, ha aseverado el general Heidari.
La escalada y sus posibles consecuencias para la República Islámica de Irán han provocado inspecciones por parte de los altos mandos militares iraníes en las zonas fronterizas y el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha desplegado una brigada mecanizada en la zona limítrofe.
Azerbaiyán y Armenia reanudaron el pasado 27 de septiembre sus enfrentamientos en la región fronteriza de Nagorno Karabaj, acusándose mutuamente de haber desatado una nueva espiral bélica.
Ambas partes viven enemistadas desde el inicio del conflicto Nagorno Karabaj en 1991, cuando este enclave, con el apoyo del Gobierno de Armenia, se independizó de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. En 1994, un alto el fuego puso fin al conflicto bélico entre estos países —con un saldo de 30 000 muertos—, pero no resolvió el problema, por lo que desde entonces las escaramuzas son frecuentes en la frontera.
Irán, como país vecino de ambas partes, intenta ofrecer un plan de tregua para Nagorno Karabaj con el fin de conducir la situación a una paz duradera y acabar con las divergencias existentes.
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