“El sistema de dominación y arrogancia —en concreto los líderes del régimen criminal, bélico, engañador y violador de pactos de EE.UU.— ha recibido el mensaje de que, si invaden el Irán islámico, no tendrán un destino distinto al del ejecutado (dictador iraquí) Sadam Husein”, avisa el CGRI en un comunicado.
La nota, publicada hoy miércoles con ocasión del 36º aniversario de la liberación de Joramshahr —ciudad del suroeste de Irán que estuvo ocupada por tropas iraquíes durante casi dos años—, recuerda también los logros de Irán durante los ocho años de defensa frente a la agresión del régimen baasista de Irak.
El texto recuerda a este mismo respeto que, en la guerra que impuso a Irán, Sadam Husein contó con el apoyo “logístico, financiero y mediático” de la arrogancia mundial, tras haber obtenido para lanzar el conflicto la luz verde de EE.UU.
El sistema de dominación y arrogancia —en concreto los líderes del régimen criminal, bélico, engañador y violador de pactos de EE.UU.— ha recibido el mensaje de que, si invaden el Irán islámico, no tendrán un destino distinto al del ejecutado (dictador iraquí) Sadam Husein”, según el comunicado del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica (CGRI) de Irán.
Pese a tal apoyo, señala el CGRI, Irán logró convertir la “gran amenaza” de la guerra en su contra en una “oportunidad estratégica”, logrando que el conflicto “expandiera a escala mundial el eco del mensaje de la Revolución Islámica y la resistencia de la nación iraní”.
Irak invadió Irán en 1980 con el apoyo de varias superpotencias mundiales, desencadenando una guerra que duró un total de ocho años y que se saldó con 213 mil mártires iraníes, entre civiles y soldados.
Joramshahr, punto estratégico de la guerra, se liberó gracias a la resistencia y determinación de los soldados y el pueblo iraníes con la operación Beit al-Muqaddas, que fue la más exitosa y que constituyó el mayor golpe al régimen iraquí de entonces.
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