La agenda de más de tres años que ha construido el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno colombiano ha sido un paso importante para la desmovilización a futuro de esta guerrilla. La actitud prepotente de Bogotá quiere renegociar lo que ya se ha ganado en todo este tiempo.
Las condiciones del presidente de Colombia, Iván Duque, para que se reiniciaran los diálogos fue que debían soltar a todos los secuestrados y que cesaran las hostilidades; el ELN viene cumpliendo con esas exigencias.
Para los analistas es bastante incierto el futuro de estos diálogos, sin embargo, no pierden las esperanzas en que se llegue a un final feliz para la tranquilidad del pueblo colombiano.
Actualmente el Estado no tiene representantes en la mesa de diálogos con el ELN. Los entendidos en la materia creen que el Gobierno está esperando un acto bélico por parte de esta guerrilla para romper los diálogos de La Habana, capital de Cuba.
Álvaro Altamiranda, Bogotá.
xsh/rba