La sistematización en todos los sectores de la vida ha hecho que en el mundo los fraudes cibernéticos aumenten considerablemente. En los últimos años, Colombia no ha sido la excepción; las autoridades ven con preocupación este nuevo flagelo.
Los delitos electrónicos no sólo vienen de la delincuencia común, la condición de violencia de este país también hace que los grupos armados irregulares estén incursionando en esta modalidad.
El objetivo final de los delincuentes siempre se ve truncado por los grandes esfuerzos que viene haciendo el sector privado y el estatal para prevenir los delitos cibernéticos.
Las entidades encargadas de que no se den estos ataques también vienen instruyendo a la población civil con estrategias educativas tanto en medios de comunicación como en las redes sociales.
Álvaro Altamiranda, Bogotá.
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