Se trata de ‘Gran Adria’, cuyos únicos restos visibles son las rocas calizas que se pueden encontrar en las cadenas montañosas del sur de Europa, calificadas en algún momento como sedimentos marinos, explican los autores de la investigación publicada esta semana en la revista Gondwana Research.
Según el investigador principal Douwe van Hinsbergen, profesor de Tectónica Global y Paleogeografía en la Universidad de Utrecht (Países Bajos), Gran Adria tuvo una historia violenta y complicada.
De hecho, se separó del sur del supercontinente Gondwana, que comprendía lo que hoy es África, América del Sur, Australia, la Antártida, el subcontinente indio y la península arábiga, hace 250 millones de años y a partir de ese momento empezó a avanzar hacia el norte.
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Los investigadores creen que hace unos 140 millones de años Gran Adria era una masa de tierra del tamaño de Groenlandia, cubierta en gran parte por un liviano mar tropical, donde los sedimentos se acumulaban lentamente hasta convertirse en rocas.
Los geólogos de varios países han identificado este continente al investigar todas las cadenas montañosas desde España hasta Irán en detalle durante diez años.
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