De acuerdo con el diario South China Morning Post, el Ejército chino realiza, desde el martes hasta el jueves próximo, entrenamiento con munición real en el mar de la China Meridional, el mar Amarillo y el estrecho de Bohai, según un aviso de la Administración de Seguridad Marítima del gigante asiático que advierte contra el ingreso a las aguas donde se llevan a cabo las maniobras.
Las maniobras chinas terminarán justo el día en que se inicia un ejercicio naval conjunto de Estados Unidos, La India, Australia y Japón, los cuatro miembros de Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, una alianza conocida como ‘Quad’, que China considera parte de la estrategia del país norteamericano para contener la creciente influencia del gigante asiático en la región. De hecho, Pekín denuncia a este cuarteto como una “pequeña OTAN”.
Estos cuatro países realizaran el simulacro denominado ‘Malabar’ durante cuatro días frente a las costas de la isla estadounidense de Guam, e incluirá ejercicios de guerra antisuperficie, antiaérea y antisubmarina.
Sobre esta coyuntura, Yue Gang, excoronel del Ejército Popular de Liberación de China, asegura que Pekín intenta enviar, mediante los ejercicios de esta semana, un mensaje a Washington. “Los militares chinos responderán a los movimientos que hace EE.UU. para asociarse con sus aliados, incluso cuando el Reino Unido y Alemania llevan a cabo operaciones de libertad de navegación en la región […] Cuando EE.UU. aumenta su presencia en la región, China tiene que responder y mostrar su músculo”, indicó.
Sin embargo, para Song Zhongping, un exinstructor del Ejército chino, los simulacros chinos no son necesariamente una advertencia directa antes de los ejercicios del ‘Quad’, sino se trata de unos ejercicios programados en el marco de “salvaguardar la soberanía nacional y los intereses de desarrollo”.
Ambos ejercicios navales se llevan a cabo a medida que las tensiones entre China y EE. UU. se han intensificado en múltiples frentes, desde Taiwán y el sudeste de Asia hasta Afganistán, donde la retirada apresurada de Estados Unidos que ha permitido el retorno del grupo armado Talibán ha sido retratada por funcionarios y medios chinos como la última evidencia de una hegemonía global en decadencia de Estados Unidos.
También se ejecutan poco después de que la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, desde Singapur, acusara a Pekín de intentar acaparar territorio en el mar de la China Meridional y de amenazar el “orden basado en normas”.
Pekín reclama la mayor parte del mar de la China Meridional, rico en recursos, lo que es fuente de tensión regional desde hace tiempo con otros países reclamantes, como Vietnam, Malasia y Filipinas. Washington ha llevado a cabo frecuentes ejercicios militares y navegaciones de tránsito por esas aguas, en un intento de hacer frente a lo que considera una extralimitación y militarización china de la región, mientras que China ha acusado a EE.UU. de amenazas de uso de fuerza y provocaciones en la zona.
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