El presidente de EE.UU., Joe Biden, y el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, mantuvieron el viernes una reunión en la Casa Blanca, donde acordaron cimentar lazos para contrarrestar a China, país al que consideraron como una “amenaza” para la seguridad regional.
En reacción, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Wang Wenbin ha restado eficacia a Washington y Tokio para pronunciarse al respecto, pues constituyen la “amenaza real” para la región.
“Estados Unidos y Japón […] formaron una camarilla e instigaron una confrontación grupal. Esta es una amenaza real para la paz y la estabilidad regionales”, ha dicho Wang durante una conferencia de prensa celebrada este lunes.
El diplomático chino ha señalado que los referidos aliados “no representan a la comunidad internacional” y “no están cualificados para definir el orden internacional e imponer sus propios estándares a los demás”.
EE.UU. y Japón están endeudados con el mundo en materia de DD.HH.
En cuanto al tema de los derechos humanos, ha proseguido, “Japón y Estados Unidos están endeudados con el pueblo chino y con el pueblo del mundo”, pues Tokio “lanzó guerras agresivas en la década de 1930, trayendo sufrimientos incalculables a los países asiáticos, especialmente al pueblo chino”, y Washington “ha seguido durante mucho tiempo una política beligerante”.
En este sentido, ha destacado las guerras libradas por el país norteamericano en el siglo XXI, las cuales “causaron más de 800 000 muertes, incluidos más de 300 000 civiles”.
“Denigrar, desestabilizar y contener a otros países citando los derechos humanos como excusa es algo que el pueblo chino y el pueblo de todo el mundo nunca permitirán”, ha dicho Wang en referencia a las críticas antichinas de dichas naciones en materia de los derechos humanos.
El gigante asiático alerta que Washington mantiene una estrategia para construir la llamada “versión indo-pacífica de la OTAN”, sustentada en un mecanismo que involucra a EE.UU., Japón, La India y Australia, y llama a sus vecinos a rechazar la codicia geopolítica de EE.UU. en Asia Oriental.
Toda esa escalada se produce mientras se alerta de un creciente riesgo a que se produzca un enfrentamiento en en la zona por las tensiones chino-estadounidenses, de las que Pekín culpa a Washington por el aumento de su militarismo y su apoyo injerencista a Taiwán y sus intentos separatistas.
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