El mandatario dice que esto podría ser aumentado aún más, si Pekín no acelera esfuerzos para lograr un acuerdo comercial.
Este jueves, el presidente de EE.UU. sorprendió al mundo de nuevo con el anuncio de nuevos aranceles contra las importaciones chinas. En una serie de tuits dijo que a partir del 1 de septiembre habrá un 10 % de tarifas contra importaciones chinas, de valor de 300 mil millones de dólares.
Posteriormente, antes de partir para un discurso en Cincinnati, dijo a los medios que esto podría empeorarse o mejorarse, pasando la pelota al terreno de China.
La imposición de nuevas tarifas ocurre mientras se han terminado una nueva ronda de conversaciones comerciales con los chinos en Shanghái para resolver la disputa bilateral. Trump dijo que los diálogos son positivos, pero acusó a China de no actuar adecuadamente.
Esta decisión del mandatario causó caídas repentinas en la bolsa de Nueva York y la caída de los precios de petróleo, así como el desplome del dólar.
EE.UU. acusa a China de no observar las reglas de juego en el comercio, devaluando el valor de su moneda intencionalmente, desequilibrando el déficit, y robando la propiedad intelectual de compañías estadounidenses que operan en su territorio.
China rechaza estas acusaciones e insta a Washington a seguir un camino sensato mediante diálogos sin intimidaciones, y asegura que quiere gozar de una economía abierta. Además dice que es EE.UU. el que cambia constantemente su mente y desvía las conversaciones, al poner sobre la mesa cada vez nuevas demandas que son muchas veces irracionales.
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