Los últimos datos de la Administración General de Aduanas de China publicados el viernes muestran que Pekín ha comprado 2,3 millones de toneladas métricas de petróleo iraní en marzo, la cifra más alta desde agosto de 2018. También ha aumentado un 6,2 por ciento el volumen de barriles de crudo iraní importados al día desde febrero.
Los datos se dieron a conocer pocos días después de que la Casa Blanca amenazara a los compradores de petróleo iraní con sanciones si no detenían sus compras antes del 1 de mayo, acabando así con seis meses de exenciones que permitían a los ocho mayores clientes de Teherán seguir importando volúmenes limitados.
Washington anunció el lunes su decisión de cancelar las exenciones de sus “sanciones” a la importación de crudo iraní a ocho países —China, Corea del Sur, Grecia, La India, Italia, Japón, Taiwán y Turquía— con la intención de reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán.
De hecho, ayer viernes, dos funcionarios de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que Washington no contemplaba dar ningún tipo de exención a China para la compra de crudo iraní.
Los funcionarios de EE.UU. señalaron que China, principal consumidor de petróleo de Irán, tiene proveedores de petróleo alternativos, incluidos Estados Unidos y Arabia Saudí.
El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, dejó claro el miércoles que el país persa exportará todo el petróleo que considere necesario. “Los intentos de EE.UU. para sancionar la venta de crudo iraní no irán a ninguna parte [...] La animosidad de Washington tendrá respuesta. El pueblo de Irán no se quedará callado”, dijo contundente el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del país persa.
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