En su presentación a la Corte, la procuradora general de Brasil, Raquel Dodge, pidió el viernes al máximo tribunal que rechace un “hábeas corpus” presentado por la defensa del expresidente y confirme la prisión de Lula.
En cárcel desde abril pasado y con otros procesos penales abiertos por sospechas de corrupción, Lula deberá comparecer el próximo martes ante la Corte Suprema, donde se analizará un nuevo “hábeas corpus” que pide la libertad que solicitó su defensa.
Los abogados de Lula han denunciado en su recurso que las razones por las que un tribunal de segunda instancia condenó a Lula a 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero se basan en “suposiciones frágiles y sin fundamentos”.
La defensa de Lula acusó de “parcialidad” al juez que le condenó en primera instancia, Sergio Moro, luego de que el magistrado aceptase el cargo de ministro de Justicia en el gabinete del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. Esto, según los abogados, demuestra “la irremediable pérdida de la imparcialidad” del juez “para procesar y juzgar” al exmandatario.
La elección de Moro para el cargo de ministro de Justicia y la sentencia que inhabilitó a Lula de participar en las elecciones presidenciales de octubre —de las que era favorito— demuestran “la existencia de intereses” extrajudiciales en el proceso, reza el recurso presentado por la defensa del ex jefe de Estado.
Lula, de 73 años, dice ser víctima de una persecución política y una “masacre” mediática. Luego de poner tras las rejas al líder que sacó de la pobreza a 40 millones de brasileños, Moro es multipremiado por los militares en su país y por sectores conservadores en Estados Unidos.
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