“El gobierno constitucional que presido ha decidido declarar personas no gratas a la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, a la encargada de Negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, al cónsul, Álvaro Fernández y al grupo de presuntamente diplomáticos encapuchados y armados”, ha anunciado este lunes la presidenta autoproclamada de Bolivia, Jeanine Áñez.
Áñez ha acusado a los diplomáticos de haber “lesionado gravemente la soberanía y la dignidad del pueblo y del Gobierno constitucional de Bolivia” y ha ordenado que “abandonen el país en un plazo de 72 horas”.
Asimismo, ha agregado que la decisión alcanzaba también “al grupo de los presuntamente diplomáticos [españoles] encapuchados y armados”, que protagonizaron el 27 de diciembre un incidente con la policía local cuando pretendían ingresar a la embajada mexicana.
Los tres funcionarios diplomáticos han sido denunciados por la Cancillería boliviana por el incidente registrado el viernes pasado en la embajada de México en La Paz, donde están asilados nueve funcionarios del expresidente Evo Morales, tras su dimisión el 10 de noviembre pasado.
Estas declaraciones emitidas por el gobierno de facto boliviano se producen tras la escalada de tensiones por un incidente diplomático surgido a raíz de un supuesto intento de sacar a un ministro del expresidente Evo Morales asilado en la legación mexicana.
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Los diplomáticos españoles llegaron el viernes a la residencia de la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, ubicada en el sur de La Paz, capital administrativa. Sin embargo, agentes de la policía boliviana impidieron el paso a dos vehículos asignados a la embajada española porque en ellos viajaban cuatro hombres “encapuchados”.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha denunciado una decisión de “carácter político” y ha instruido a la embajadora Mercado, a regresar a su país, con el fin de resguardar su seguridad e integridad, tras ser expulsada y declarada como persona no grata por el Gobierno de facto de Áñez.
El pasado lunes, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, mediante un comunicado emitido, condenó la “excesiva vigilancia” de seguridad alrededor de su embajada en Bolivia y pidió a las autoridades bolivianas cumplir con sus deberes internacionales.
Las relaciones entre México y el gobierno de facto boliviano se han visto afectadas después de que el presidente azteca, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), otorgara asilo político al depuesto presidente Evo Morales.
México, desde el principio, ha repudiado el golpe de Estado contra Morales y se ha negado a reconocer a Áñez como presidenta de Bolivia.
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