Los líderes de las siete mayores economías del mundo—compuesta por Estados Unidos, Japón, el Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Canadá— se reúnen en Hiroshima de Japón del 19 al 21 de mayo en el marco de la cumbre del G7.
Ante esta situación, cientos de ciudadanos japoneses salieron este viernes a las calles de Hiroshima, donde portaban pancartas contra “la cumbre imperialista del G7” y “No al G7”. Los manifestantes denuncian la presencia de los líderes de tres Estados nucleares, (EE.UU., Reino Unido y Francia), en Hiroshima, ciudad que fue destruida por bomba atómica estadounidense en 1945, antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, las manifestaciones comenzaron incluso antes del inicio de la cumbre de G7 este viernes. Cientos de manifestantes protestaron de miércoles a jueves frente al Monumento a la Paz, también conocido como la Cúpula de la Bomba Atómica, en el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, que estará cerrado hasta el próximo lunes por la reunión de alto nivel.
Los manifestantes exigieron la disolución del G7, llevando pancartas como “No a la conferencia con temas de guerra”, y corearon consignas como “No a la charla de líderes nipón-estadounidense” y “Retiren las bases militares estadounidenses en Japón”.
Los demostradores, incluidos estudiantes universitarios y familiares de víctimas de la bomba atómica estadounidense, se congregaron en una de las calles principales de Hiroshima, que estaba llena de policías, 10 veces más que el número de manifestantes.
Además de los miembros del G7, Japón ha invitado a La India, Australia, Brasil, Corea del Sur, Vietnam, Indonesia, las Islas Cook y las Islas Comoras, así como a los jefes de varias organizaciones internacionales, incluidas la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la reunión.
Las autoridades han confirmado que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, asistiría durante el fin de semana a la cumbre.
Los bombardeos estadounidenses a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la vida de cerca de 300 000 personas. Sin embargo, 78 años después de esta catástrofe, EE.UU. sigue sin pedir perdón a Japón y a las víctimas por esta atrocidad histórica.
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