Mediante un comunicado emitido este domingo, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (OCHA) en los territorios palestinos ocupados expresa profunda preocupación por la crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
El organismo ha subrayado que Israel, como potencia ocupante, tiene la responsabilidad primordial de garantizar la seguridad y el bienestar de los civiles palestinos.
En cuanto a la decisión de las autoridades israelíes de bloquear la entrada de ayuda humanitaria al enclave palestino —tras el vencimiento de la primera fase del acuerdo de alto el fuego—, la OCHA insiste en el grave impacto que provoca el asedio israelí, como la escasez crítica de suministros esenciales, incluidos alimentos, agua y medicamentos.
El documento pone de relieve que esas acciones ejecutadas por Israel pueden constituir un castigo colectivo y una violación del derecho internacional humanitario.
Al denunciar las detenciones arbitrarias y maltratos a los palestinos por parte de las fuerzas sionistas, ha explicado que los detenidos han atestiguado haber sufrido palizas, humillaciones y condiciones que pueden constituir tortura.
El ente de la ONU ha pedido que se investiguen rápida e imparcialmente estas denuncias para garantizar la rendición de cuentas y la justicia para las víctimas.
En lo relativo a las operaciones militares de las fuerzas israelíes, la destrucción de edificios residenciales e infraestructura y el desplazamiento de los palestinos, la ONU ha reiterado que los ataques indiscriminados contra civiles y bienes de carácter civil están prohibidos por el derecho internacional y pueden constituir crímenes de guerra.
Además, la OCHA ha instado a la comunidad internacional a intensificar los esfuerzos para proteger a los civiles palestinos y exigir castigo a los responsables de violaciones.
Desde el pasado octubre de 2023, la entidad sionista ha liberado una guerra genocida contra los palestinos en el enclave costero, donde más de 48 400 palestinos han perdido la vida por atrocidades israelíes.
msr/ctl/mkh