Pasa 100 días del mandatario ultraderechista de Argentina, Javier Milei, quien ganó los comicios presidenciales en noviembre pasado y se convirtió en el primer Gobierno liberal en la historia de este país austral.
Durante los 3 meses de su administración, Argentina ha sido escena de las protestas de los sindicatos, despedido de cientos de trabajadores, la devolución del tipo de cambio del 118 %, intentos para privatizar empresas públicas y escala de las tensiones con Venezuela.
Desde el principio de su llegada al poder, Milei ha pedido a los argentinos que tengan “paciencia y confianza” para percibir el “fruto del saneamiento económico y de las reformas”, aunque sus medidas no parezcan bien.
Conforme a los resultados de una encuesta privada realizada por el monitor de opinión pública nacional Proyección Consultores, en la que unas, 3039 personas de mayores han participado en línea, la aprobación de Milei ha caído por 7 puntos, mientras que su reprobación ha crecido en puntos.
Asimismo, la mirada positiva hacia el presidente sigue siendo alta, por encima del 50 %, muchos ciudadanos lo ven como honesto, pero autoritario.
También, 3 de cada 4 argentinos piensan que el rumbo del país les genera “incertidumbre” y “pesimismo”.
En este contexto, el analista político Francisco Martinelli ha aseverado que “el hecho que construya siempre desde la negativa va a llegar, más temprano que tarde, a un techo en el cual cada vez va a haber más gente que no puede esperar más y que va a estar más enojada con Milei”.
Pese a que su proyecto bandera, la ‘ley de Bases’, popularmente conocida como ‘ley Ómnibus’ —que incluye un paquete de polémicas reformas económicas— no tuvo apoyo en el Congreso y sigue en estudio. Milei está decidido a continuar con el ajuste económico, en medio de la resistencia de sectores opositores y sindicatos, que ya han efectuado varios paros.
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