El emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, organizó el lunes una danza tradicional llamada Ardha (una danza árabe que se hace con una espada) para recibir al monarca saudí.
Una vez empezó la danza colectiva en su honor, el rey de Arabia Saudí, que se sentaba junto al emir catarí, se levantó y comenzó a bailar con el bastón que tenía en la mano.
Este acto, retransmitido en vivo por la televisión catarí, fue considerado como una ofensa a Egipto y su pueblo, según informaron medios de comunicación egipcios, ya que ni Doha ni Riad son por ahora buenos aliados de El Cairo.
Las relaciones entre Catar y Egipto se vieron afectadas por el derrocamiento del presidente electo de Egipto Mohamad Mursi —del movimiento Hermanos Musulmanes (HHMM)—, por el actual presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi.
Por otra parte, la negativa de Egipto a unirse a la agresión saudí contra Yemen y el voto favorable de El Cairo a una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), respaldada por Rusia, que permite la continuación de los bombardeos sobre las posiciones de los grupos armados en Alepo (noroeste de Siria) —postura rechazada tajantemente por Arabia Saudí, entre otros Estados—, han incrementado las tensiones entre la monarquía saudí y Egipto.
Los medios egipcios, al referirse al hecho de que el rey Salman viajará a Emiratos Árabes Unidos (EAU) justo después de la visita de Al-Sisi al país ribereño del Golfo Pérsico, dicen que su gira a cuatro países árabes regionales —Catar fue la segunda parada del monarca— se trata, en realidad, de un complot para ponerlos en contra de Egipto.
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