Decenas de supervivientes del asalto, que se cobró el pasado octubre la vida de al menos 30 personas, han sido entrevistados este sábado por la agencia estadounidense de noticias The Associated Press e insisten en que la incursión de más de una hora se prolongó intencionalmente.
Fue como si estuvieran decididos a asesinarnos a todos y que nadie podría sobrevivir. Era como día del juicio final, ni siquiera podría imaginarlo.”, dice Anayatullah Nazari, un superviviente del ataque aéreo de EE.UU. contra un hospital en la cuidad afgana de Kunduz
"Fue como si estuvieran decididos a asesinarnos a todos y que nadie podría sobrevivir. Era como día del juicio final, ni siquiera podría imaginarlo”, dice Anayatullah Nazari, un superviviente.
Los entrevistados, además, han declarado que los aviones norteamericanos estaban volando muy despacio y con suficiente luz, alimentada por un generador, para valorar la situación en el hospital.
Un enfermero, que había salido a tomar el aire fresco antes de que comenzara el ataque, repite que uno de sus colegas fue perseguido por una caza estadounidense.
"Él huyó de un edificio a otro pero el avión lo seguía", añade. Dice que otros dos colegas fueron perseguidos por cazas estadounidenses y uno de ellos perdió la vida cuando le dispararon.
El pasado 5 de noviembre, MSF denunció que el bombardeo estadounidense a su hospital en Kunduz tenía como objetivo “matar y destruir”.
Estados Unidos trató de justificar su ofensiva con el pretexto de que en el lugar se habían refugiado miembros de Talibán, alegato desmentido por MSF.

La ONG ha declarado que acepta las disculpas de EE.UU., pero no es suficiente, por lo cual pide una investigación independiente sobre el ataque que mató a 12 de sus miembros.
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