“Tenemos, más que nunca, a nuestro alcance los centros vitales en los países hostiles”, así lo afirmó el miércoles el portavoz de la Fuerza Aérea del Ejército de Yemen, el coronel Abdulá al-Yafari, refiriéndose a las ciudades emiratíes de Dubái y Abu Dabi, así como el territorio de Arabia Saudí.
Según recogió la televisión por satélite yemení Al Masirah, el comandante yemení advirtió a los inversores de las compañías petroleras y no petroleras en Arabia Saudí o los EAU de que la continuación de la matanza de civiles yemeníes conllevará a más ataques de represalia de Ansarolá.
El aviso se produjo poco después de que los comités populares yemeníes atacaran con un avión no tripulado (dron) la refinería de la petrolera estatal saudí Aramco en Riad (la capital saudí). Las autoridades del reino árabe corroboraron el hecho, al informar de un incendio en las instalaciones.
Tenemos, más que nunca, a nuestro alcance los centros vitales en los países hostiles”, así lo afirmó el miércoles el portavoz de la Fuerza Aérea del Ejército de Yemen, coronel Abdulá al-Yafari, referiéndose a las ciudades emiratíes de Dubai y Abu Dabi, así como el territorio de Arabia Saudí.
A este respecto, el portavoz del Ejército yemení, el coronel Sharaf Luqman, señaló que el vuelo de los vehículos aéreos teledirigidos yemeníes dan inicio a una nueva “fase de disuasión” ante los enemigos.
“La operación contra la refinería de Aramco marca un poderoso inicio en la resistencia ante el enemigo”, subrayó en declaraciones al mismo medio yemení.
En los últimos dos años, Ansarolá y el Ejército yemení han desarrollado varios tipos de drones de asalto y reconocimiento, que los utilizan en sus ataques de represalia contra objetivos saudíes, ya sea en Yemen o dentro del reino árabe.
Desde su inicio en marzo de 2015, la guerra saudí ha acabado con la vida de más de 11 000 yemeníes, además de hundir al país más pobre del mundo árabe en la hambruna y las epidemias, de acuerdo con el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud de Yemen.
La campaña aérea saudí, que no cuenta con el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha atacado mercados, instalaciones sanitarias y objetivos civiles, lo que ha provocado indignadas críticas internacionales.
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