El pueblo iraní, al igual que la comunidad chií de todo el mundo, recuerda el martirio del Imam Musa al-Kazim (P) que acabó con sus 35 años de imamato, tras ser envenenado en prisión el día 25 del mes de Rayab (séptimo mes del calendario islámico de la hégira lunar) del año 183 de la hégira lunar, por órdenes del califa abasí Harun al-Rashid.
La séptima estrella brillante del cielo del imamato (liderazgo en el Islam), que nació el 7 de Safar (segundo mes del calendario islámico) del año 128 de la hégira lunar en Al-Abwa, un pueblo ubicado entre La Meca y Medina (en el oeste de la península arábiga), asumió el liderazgo de los musulmanes a los 20 años de edad, cuando falleció su padre el sexto Imam Yafar al-Sadiq (P), en el año 148 de la hégira lunar.
El Imam Musa al-Kazim (P) robusteció los fundamentos del Islam auténtico mediante la recopilación de las enseñanzas de su padre, quien dedicó toda su vida al estudio de los hadices (palabras sagradas de la Familia del Profeta (P)) y del Fiqh (jurisprudencia islámica) que dio a conocer entre sus más de 4000 alumnos.
Cada miembro de esta noble familia poseía virtudes únicas. La sabiduría, la humildad, la tolerancia y su dedicación a los más pobres, entre otras, son algunas de las características destacadas de este Imam chií.
Millones de creyentes iraníes vestidos de negro se reúnen en mezquitas y lugares sagrados, sobre todo en el mausoleo del octavo Imam de los musulmanes chiíes, el Imam Ali ibn Musa al-Reza (P), situado en la ciudad santa de Mashad (noreste).
Por otra parte, millones de iraquíes y otros chiíes del mundo se dirigen a pie desde diferentes ciudades del país hasta la ciudad de Kazimiya, situada en el centro de Irak, para celebrar una ceremonia gloriosa en recuerdo de esa gran figura santa del Islam.
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