Conforme anunció el viernes la agencia oficial siria de noticias SANA, las fuerzas de ocupación estadounidenses han enviado 35 camiones cisterna, cargados con petróleo robado de las zonas orientales y nororientales de Siria, a Irak.
La caravana con combustible robado ingresó al territorio iraquí, cruzando el paso fronterizo de Al-Walid, en el noreste de la provincia nororiental de Al-Hasaka, explicó el medio, citando a fuentes locales familiarizadas con el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato.
En concreto, precisó, los camiones portaban crudo robado de los campos petrolíferos que ocupan las tropas estadounidenses en la región siria de Al-Jazeera, sita en el este del río Éufrates.
En enero, el presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó abiertamente que Washington controlaría los campos petroleros sirios. Esta promesa se está cumpliendo, pese al rechazo de los sirios y advertencias de que, con esa medida, el mandatario republicano busca debilitar la economía siria y el proceso de reconstrucción del país árabe, tomando en cuenta que los ingresos del crudo constituyen una parte importante de los fondos de Siria.
Es más, varios informes advierten que mientras los sirios están enfocados en la lucha denodada contra el coronavirus, causante de la COVID-19, la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. ha doblado sus esfuerzos para robar más petróleo de esta nación árabe.
Por su parte, el Gobierno de Damasco condena el robo “a mano armada” por EE.UU. de su petróleo, y resalta que, en cuanto se produzca la liberación de la provincia noroccidental de Idlib —considerada el último bastión de los terroristas en Siria—, el Ejército de Damasco acabará con la ocupación estadounidense.
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