“Las constantes provocaciones de grupos terroristas llevó al Ejército sirio a iniciar una operación con el fin de establecer la seguridad en las zonas controladas por el Gobierno” de Damasco, han subrayado los comités conjuntos del Estado Mayor del Ejército de Rusia y Siria.
En un único comunicado emitido este miércoles, ambos países han advertido de que tan solo durante el mes de enero al menos 150 civiles han perdido la vida como consecuencia de ataques terroristas en la provincia noroccidental de Idlib, último feudo de los extremistas en el país árabe.
El ente militar hace este pronunciamiento el mismo día en que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado con “atacar” ya objetivos del Gobierno sirio “en todo” el país, si no frena su ofensiva antiterrorista.
Los comités castrenses ruso y sirio lamentan que sus esfuerzos para rebajar las tensiones en Idlib no logran los resultados previstos debido a los ataques del grupo terrorista Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) —liderado por Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham)— y sus milicias aliadas.
Mencionan en su nota que los grupos armados han intentado bloquear las carreteras en tres puntos estratégicos en las provincias de Alepo (norte), Idlib y Hama (centro-oeste) para impedir la salida de los civiles a través de corredores humanitarios.
También señalan que, durante las operaciones de limpieza, las unidades del Ejército sirio hallaron municiones, armas y equipamientos militares, de fabricación occidental, dejados por extremistas, lo que, denuncian Rusia y Siria, demuestra la continuación del apoyo de ciertos países extranjeros a grupos terroristas que operan en el suelo sirio.
El Ejército sirio inició una operación contra los terroristas en Idlib al ver que estos violaban constantemente el acuerdo de Sochi, suscrito en septiembre de 2018 por Rusia y Turquía, que establecía la creación de una zona desmilitarizada entre los extremistas y las fuerzas sirias en esa provincia.
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