Los aviones de combate sirios han centrado sus ataques, sobretodo, contra las posiciones y los movimientos de los rebeldes dentro y alrededor de la ciudad Busra al-Hariri, que se encuentra cerca de la frontera que comparte Siria con Jordania.
Busra al-Hariri está posicionado a poca distancia de la ciudad de Izra, que está bajo el control del Ejército Árabe Sirio (SAA, por sus siglas en inglés). Esta urbe es estratégica debido al hecho de que mediante ella se suministra armamentos y otros equipos necesarios a las fuerzas gubernamentales.
Los ataques aéreos del Ejército han comenzado después de que la semana pasada la Inteligencia siria accedió a informaciones de que los llamados opositores armados tenían planeado atacar las posiciones de Damasco en esta región en los próximos días.
De acuerdo con un comandante del denominado Ejército Libre de Siria (ELS), citado por el portal The New Arab, Izra era uno de los lugares que los ‘rebeldes’ tenían previsto atacar en breve, objetivo que no se alcanzó.
Aunque los opositores buscan enfocar la atención del mundo en estos bombardeos, mostrándolos como un crimen contra la población, el Ejército sirio no los oculta, pero asegura que cada uno de los ataques se realiza donde existe intensa actividad rebelde.
Daraa, junto a las provincias suroccidentales sirias de Al-Quneitra y Al-Sweida, es parte de la primera zona de seguridad, establecida en 9 de julio de 2017, la segunda empezó a funcionar el 22 de julio en Guta Oriental y la tercera, el 3 de agosto en el norte de Homs. La cuarta fue establecida en la provincia de Idlib.
En estas regiones están hacinados mayormente los grupos opositores que además de luchar entre sí, atacan de vez en cuando las posiciones de las fuerzas sirias, provocando así la reacción de estas.
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