El Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria señaló el miércoles en un comunicado que el Gobierno de Damasco ha negado en repetidas ocasiones todas las "acusaciones formuladas por algunos departamentos occidentales y sus herramientas" en torno al uso de armas químicas en el combate a los rebeldes.
La reacción del Gobierno sirio viene cuatro días después de que una investigación realizada por las Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), culpó al Ejército por un supuesto ataque con gas tóxico en Qminas en la provincia noroccidental de Idlib el 16 de marzo de 2015.
El Gobierno sirio, además de negar todas las acusaciones en el informe, enfatiza su compromiso con todas las promesas que hizo cuando se unió a la convención de armas químicas", reza la nota del Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria.
"El Gobierno sirio, además de negar todas las acusaciones en el informe, enfatiza su compromiso con todas las promesas que hizo cuando se unió a la convención de armas químicas" en septiembre de 2015, reza la nota.
La Cancillería siria denunció intentos del Occidente para ‘politizar’ el tema, mientras que no había "evidencia tangible" de las conclusiones de su investigación.
Desde el inicio de la guerra en Siria (2011), el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) ha utilizado frecuentemente armas químicas tanto en Siria como en Irak.
La Sociedad Médica Siria Americana informó en marzo que Daesh había llevado a cabo más de 160 ataques con "agentes tóxicos o asfixiantes, como sarín, cloro y gas mostaza" desde el inicio del conflicto en Siria. Según el documento, más de 1490 personas han muerto en los ataques químicos.
El Gobierno de Damasco, con el fin de evitar que EE.UU. usara las acusaciones del uso de armas químicas por parte del Ejército sirio como posible excusa para intervenir militarmente en ese país árabe, aceptó en septiembre de 2013 la iniciativa rusa de poner su arsenal de armas químicas bajo “control internacional” para su posterior destrucción.
Igualmente, en diciembre de 2013, Siria solicitó voluntariamente su adhesión a la Convención sobre las Armas Químicas, hecho que convirtió al país árabe en el Estado miembro número 190 de la OPAQ.
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