Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, ha denunciado este domingo el posible despliegue de las fuerzas europeas en el territorio ucraniano, como barajan desde hace tiempo el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, asegurando que esta decisión representaría una nueva “incitación” a la guerra.
“Macron y Starmer llevan tiempo dando vueltas a ideas como el entrenamiento de miles de pacificadores”, ha declarado Lavrov, agregando que el plan de meter fuerzas en Ucrania “no es más que una nueva incitación del régimen de Kiev a la guerra contra nosotros”.
En otra parte de sus declaraciones, el máximo diplomático ruso ha señalado que “los europeos pisotearon los Acuerdos de Minsk”, el infructuoso esfuerzo de paz para poner fin a los combates entre Ucrania y, por aquél entonces, las fuerzas en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
El titular ruso, de igual modo, ha acusado a Europa de “llevar al poder con bayonetas primero al expresidente ucraniano, el proeuropeo Petro Poroshenko, y después al actual mandatario, Volodimir Zelenski”, a quien Lavrov llamó puronazi.
Este mismo domingo, comienza en Londres una cumbre de líderes europeos que tratará una propuesta de alto el fuego confeccionado por Londres, París y Kiev con la intención final de que una delegación negociadora norteamericana la traslade al Gobierno ruso para su evaluación.
En el encuentro también se planteará, precisamente, la creación de una coalición de países para acelerar la respuesta europea a la guerra en Ucrania y garantizar la seguridad continental.
Mientras tanto, líderes europeos han ratificado su firme apoyo al presidente ucraniano tras el tenso cruce que tuvo Zelenski con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump en la Casa Blanca.
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