Juegan con fuego, es la dura advertencia del ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, sobre el potencial uso de los misiles británicos Storm Shadow por Ucrania para atacar Moscú y San Petersburgo. El jefe de la Diplomacia rusa, en una rueda de prensa, con su homólogo yemení, Shaya Zindani, calificó de chantaje las supuestas exigencias de Kiev para que sus socios occidentales le autoricen utilizar este tipo de armas de largo alcance contra Rusia a fin de forzar las negociaciones.
Según Lavrov, la idea de que un eventual conflicto mundial a gran escala solo debe amenazar a Europa es muy característica de los planificadores y los estrategas geopolíticos estadounidenses y a su vez refleja su mentalidad. Pero sostuvo que sus planes de quedarse a un lado no son ciertos.
En otra parte de sus declaraciones, el diplomático ruso hizo hincapié en que, si Occidente pretende normalizar la situación en Europa, de la que ya se quejan y sufren los propios europeos, entonces es necesario sentarse a la mesa de negociaciones.
Moscú, como condiciones para alcanzar la paz, pide a Kiev cesar sus agresiones contra los territorios rusos y la negativa de Ucrania a unirse a la OTAN. Mientras tanto, Kiev no sólo ha rechazado la propuesta anterior, sino que también invadió el territorio de la región de Kursk a principios de este mes, matando e hiriendo a varios civiles.
frr/rba