“Pasados tres meses, todavía están allí; según nuestros datos, los países occidentales que prometieron a Jordania acoger esa gente (…) comenzaron a familiarizarse con los expedientes personales de esos ‘cascos blancos’ y se horrorizaron”, ha declarado el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
En una entrevista concedida este martes a Euronews, Lavrov explica que hace unos tres meses, los socios occidentales decidieron “salvar a los equipos de los cascos blancos en el sur de Siria”, y por ello pidieron a Jordania que alojara a los activistas con sus familias “temporalmente, durante unas tres o cuatro semanas”, antes de su traslado a otros países, como el Reino Unido, Canadá y Alemania.
No obstante, han pasado tres meses y todavía se encuentran allí, agrega el jefe de la Diplomacia rusa. Los países europeos simplemente ya “tienen miedo” de aceptar a este tipo de personas con “inclinaciones criminales”.
Pasados tres meses, todavía están allí; según nuestros datos, los países occidentales que prometieron a Jordania acoger esa gente (…) comenzaron a familiarizarse con los expedientes personales de esos ‘cascos blancos’ y se horrorizaron” (...) ya “tienen miedo” de aceptar a este tipo de personas con “inclinaciones criminales”, comenta el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Los cascos blancos integran un grupo que se hace pasar por un organismo humanitario y operan en distintas zonas bajo el control de las bandas vinculadas al grupo terrorista Al-Qaeda, entre ellos, la Junta de Liberación del Levante (Hayat Tahrir Al-Sham, en árabe).
Ante el rápido avance del Ejército sirio, Israel evacuó en julio a unos 800 cascos blancos del sur y suroeste de Siria con destino a suelo jordano.
Moscú denuncia que el Occidente ayudó a huir a los cascos blancos de Siria para evitar que se revelaran los delitos cometidos por ese grupo, y la evacuación de miembros de los cascos blancos dejó claro quiénes financiaban a esta organización.
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